El cover de los Campanelli (Cap 3)

La familia es la célula de la sociedad. Déjenme decirles que si una sociedad surge de las entrañas de mi familia estamos en problemas.
La cabeza que teledirige nuestras vidas es mi mamá. La Ñatita, como la conocen en el pueblo. Es una mujer bastante particular, menuda de cuerpo, melena de león y carácter de mierda. Su muletilla más recurrente: la puta que te parió, me tenés re podrida ¿por qué no te vas a vivir con tu padre?
Los hijos de la generación del 80' fuimos rehenes de la crianza que impartieron sobre nosotros nuestras santas madres. Ahora por suerte, existe una pedagogía donde se postula que los niños deben crecer en un ámbito de amor y respeto apoyándose el éxito de la misma sobre la comunicación que tengan con sus padres. En mi caso, mi mamá me manejaba desde lejos cada vez que me mandaba una cagada con una mirada centellante, si decía alguna mala palabra me hacía sonar la jeta y si llegaba a contestarle después de que me retaba me daba un chancletazo en el culo que me acompañaba por una semana.
Mi padre abandonó a mi madre cuando yo tenía un mes. Cuenta mi abuela, que como buena suegra jamás lo quizo, que era mujeriego, vago, mal educado y panzón. Después de semejante dolor, mi mamá cayó en una depresión que la llevaba a andar por el pueblo en camisón, medias tres cuartos y un par de tacos altos. El estilo ante todo.
Mi hermana es seis años más grande que yo en edad biológica y unos 11 años más chica en evolución mental. Se llama Doris. Su vida se debate entre comer, dormir, fumar, chatear y bañarse una vez a la semana. Hace años que está de novio con un sueco por chat. Desconozco como se entienden, ya que ella solamente maneja un castellano constituído por: sos un pendejo pelotudo, chupame la concha y ¿por qué no te vas a la mierda?
Y de mí ¿qué decirles? Me llamo Juan tengo 19 años y estoy estudiando para maestro jardinero en Villa María. Desde los 6 años que descubrí que era gay. Me acuerdo que desde chico me vestía de Isabel Pantoja y cantaba sus canciones. Me pasaba las tardes sumergido en el placard de mi mamá y cuando podía me subía en unos hermosos zapatos de charol con un moñito en la punta que ella atesoraba.
Viajo todos los días para cursar mi carrera y vengo hinchando desde hace unos meses en mi casa para que me alquilen un departamento en la Villa.
Hoy como sobremesa por fin mi madre proclamó: buscate unos chicos y un lugar barato porque quiero que vayas a vivir a Villa María así te recibís más rápido.
No perdí tiempo. Ya había hablado con unos chicos que conocí mientras viajaba que eran de Oncativo, buscamos un lugar grande y barato.
La semana que viene me mudo. El departamento está a dos cuadras de un boliche gay ¿casualidad?