miércoles, 18 de febrero de 2009

Al que madruga, la lengua lo traiciona (Cap 2)

Apenas abrí los ojos se apareció entre lagañas la cara de mi hermana. Estaba sentada al costado derecho de la cama y me miraba fijamente, con la misma expresión con que se mira a alguien que sufre una enfermedad terminal. Le pregunto entre voz ronca y aliento de resaca:
-¿Qué hacés?.. ¿qué hora es?
-Son las 8.30 am... quiero hablar con vos.
Me inquietaba más ver que ella estaba despierta a esa hora, que de lo que quería hablarme. Mi hermana es el vivo ejemplo de las nenas de mamá del siglo XX: no cocina, no limpia, se levanta siempre al mediodía, no estudia y encima solo le basta un berrinche seguido de un me mato eh! para conseguir lo que quisiese.
-Encontré unas cosas tuyas... (me dice) Lo que en su lenguaje sería como decir: revolví toda tu habitación cuando no estabas para buscar monedas así me compraba un atado de puchos. A lo que le respondo:
-¿Qué cosas?
-Unas cartas.. que dicen cosas medias raras, medias subiditas de tono. ¿Es tu novio el que te las mandó?
Debo aclarar que sufro de verborragia matutina. Apenas me despierto no puedo medir lo que digo, hablo sin pensar y soy honesto totalmente. Es un gran y serio problema el mío.
-Mirá yo sé que desde chiquito eras medio rarito... porque no todos los chicos se ponen un vestido de bailarina española y se creen Isabel Pantoja. Tampoco creo que a muchos chicos les guste ver eso de.. ¿cómo se llama? esa serie de los putitos que pasan por HBO...¿cómo era?
Mi problema de verborragía matutina era serio, pero veo que el tacto alemán para investigar de mi hermana es aún peor!
Yo no podía creer lo que estaba escuchando y al mismo tiempo veía ante mí la posibilidad de poder confiar en alguien sobre lo que sentía. Sin esperar más preguntas firmé mi declaración:
-Las cartas que leíste después de tu espionaje son de mi novio ... (silencio entre ambos) Es de Córdoba Capital.


No podía creer lo que había dicho, estaba confesando que era gay a mi hermana, y a su vez sabía que los chantajes que me esperaban iban a ser costosos.


Después de que hablé, nos miramos por un rato y ella en tono sublime y casi inocente me dice:


-No te preocupes yo no voy a decir nada...


Claramente en su lenguaje esto se traducía en: de ahora en más caminá derechito y en todo me apoyás porque sino cuento a todo el mundo que sos balín, ¿entediste cariño?


3 comentarios:

  1. hola Pshv, me sorprende de una eficaz manera encontrarme en estos tiempos de loca internet descontrolada, con esta especie de satira comica, que de una u otra manera me identifica en las vivencias del "ser gay".
    espero poder seguir deleitandome con la lectura de tu blog, un gran abrazo.

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  2. Opino lo mismo que el sr. Pampero... Buenas energías mando para ambos dos!

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  3. ah, y no te preocupés, procurá controlarla vos a esha. sos inteligente, podrás. y q no sea tan poco diplomática, q no le hará bien. De última, si la inscribís en una organización neo nazi, quizá rinda perfectamente. jeje

    besos

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